Tener información sobre los públicos hoy ya no es suficiente.
Es necesario crear un diálogo más eficaz y profundo entre las empresas y los públicos internos y externos destinatarios de sus proyectos. El diálogo no existe si la empresa intenta representar los puntos de vista propios y también los de sus públicos.
Las dos perspectivas deberían estar presentes desde el principio en los proyectos, para lo cual es necesario utilizar procedimientos de investigación, cualitativos y/o cuantitativos, para escucharlos.
Y escucharlos es mucho más que acumular datos sobre lo que piensan, lo que sienten o lo que quieren. Hay que escucharlos con capacidad interpretativa y con experiencia para descubrir, más allá del ruido anecdótico, lo que verdaderamente están aportando.
Si se les sabe escuchar, se pueden producir insights gracias a su experiencia, sus conocimientos y su inteligencia, y eso es lo que se puede aprovechar como fuente de consulta y de inspiración para que los proyectos sean más eficaces.
En la mayoría de los proyectos hay que procurar escuchar a los públicos del modo más directo, eficaz, rápido y barato posible. Cuando se los escucha utilizando herramientas específicas de consulta y análisis, los públicos siempre aportan un soplo de aire fresco.